Tag Archives: Gasto sanitario

El déficit sanitario de España

Una de las medidas más comunes para medir la amplitud de los sistemas de salud son (1) qué porcentaje del PIB del país –o región- se destina al gasto público sanitario y (2) cual es la cifra del gasto público sanitario por habitante (medido en dólares por cápita estandarizados por Poder Paritario de Compra). Pero, aun pudiéndonos hacer una idea, con estos indicadores no sería suficiente; para afinar más nuestro análisis necesitamos calcular el déficit sanitario en comparación a los países con un desarrollo parecido a España, éstos son la UE15.

En relación al gasto público sanitario en España (1) vemos que éste representa el 6’1% del PIB en el año 2007 (el último disponible en OECD Health Data 2009). Se encuentra pues, por detrás de países como Dinamarca con un 8’2%, Alemania con un 8’0% o Suecia con un 7’4%, siendo uno de los más bajos de la UE15, cuyo promedio es un 7’06% del PIB comunitario. Si hablamos del gasto público sanitario por cápita (2) podemos observar como España tiene una de las inversiones más bajas en salud pública por cápita, concretamente de 1917 US$ Poder Paritario de Compra (ppc), tan solo superada –a la baja, claro está- por Grecia con 1646 US$ ppc por habitante. El resto de Europa se encuentra a mucha distancia de la inversión española: Dinamarca destina 2968 US$ ppc (¡1.000 dólares por habitante más que España!), Francia 2464 US$ ppc o Suecia 2716 US$ ppc por cápita. El promedio de la UE15 es de 2464 US$ ppc, es decir, España se gasta 547 US$ ppc menos por habitante que la UE15.

Una vez vistos los datos relacionados con el porcentaje de inversión en salud pública sobre el PIB y el gasto público sanitario por habitante podemos calcular el déficit de España en sanidad. Para hacerlo debemos utilizar la siguiente fórmula:

Déficit sanitario = gasto Español – gasto Español ajustado a su nivel de PIB

Es decir, Déficit sanitario = qué nos gastamos – qué deberíamos gastar.

Según los datos de Eurostat, en el año 2007 España tenía un PIB de 23.500 dólares, mientras que el promedio de la UE15 era de 29.200, lo cual quiere decir que España representa el 80’5% de la media europea. Así pues, el Estado espanyol debería representar también el 80’5% del gasto público en sanidad respecto a la media europea. Aunque si cogemos los datos antes comentados del gasto público sanitario por habitante  y lo actualizamos al nivel del PIB, éste se encuentra a un 70% de la media europea. Aplicando la fórmula:

Déficit sanitario = 70 – 80’5 = -10’5%

En resumen, aún falta un 10’5% más de inversión para alcanzar el nivel que correspondería a un Estado con el PIB de España y un 30% para alcanzar el nivel de la media europea.

* Todos los datos relativos a sanidad han sido extraidos del OECD Health Data 2009.
* Todos los datos relativos a estadísticas económicas han sido extraidos de la página web de Eurostat a 31/12/2009.

Intervención del Dr. Navarro en la Subcomisión de Sanidad

Podeis leer la intervención del Dr. Navarro en la Subcomisión para el Pacto de Estado en Sanidad dentro de la Comisión de Sanidad y Consumo realizada en Madrid el 13 de octubre de 2009.  El Dr. Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de Health Policy and Management en la The Johns Hopkins University y Director del Observatorio Social de España.

En el mismo enlace podeis ver las diapositivas utilizadas durante su intervención.

Intervención del Dr. Navarro.

El problema de las listas de espera

La existencia de listas de espera podría verse como efecto secundario de los sistemas de sanidad universal en los que hay libre acceso porque el derecho a la prestación aparece asociado a la ciudadanía, tal y como apunté en el artículo de Sistemas de salud: conceptos básicos.

Solemos pensar que la razón de la existencia de las listas de espera es básicamente económica. Dado que los bienes y servicios son escasos, su asignación (racionamiento) sólo puede hacerse por dos vías: (a) el precio de mercado, que parte de la voluntad y la posibilidad de pagar por parte del demandante y (b) la cola, la cual regula el consumo de bienes y servicios sin precio de mercado sufragados por todos los contribuyentes. Aún sabiendo que la demanda de asistencia sanitaria a precio cero es expansiva (incluso podríamos afirmar que infinita) y que la oferta está limitada por los recursos existentes, los sistemas de acceso universal han adoptado el segundo criterio a la hora de asignar determinados servicios.

En los sistemas que racionan el acceso por el precio de mercado, como Estados Unidos, los pacientes con capacidad de pagar no sufren demora alguna en los diagnósticos y los tratamientos, pero los pacientes pobres que no pueden asegurarse o, lo que es más común, se encuentran infrasegurados quedan desprotegidos. Dado que éticamente esta solución no es aplicable en Europa, el problema de las listas de espera es un mal menor, aunque no por eso inevitable. En realidad, no es más que la consecuencia de haber suprimido el precio de mercado de las prestaciones sanitarias.

Sin embargo, la interpretación economicista de que la lista de espera es un simple desajuste entre la oferta y la demanda es errónea. De ser así, bastaría con un aumento de los recursos para terminar con las listas. Y, si bien es cierto que actualmente los aumentos de recursos han acortado el tiempo medio de espera, no es menos cierto que ha crecido el número de pacientes en lista. Por lo que todo parece indicar que no se trata tan sólo de un problema de escasez de recursos, sino también de gestión.

Como podemos observar en el gráfico, en términos absolutos la cantidad en miles de euros casi se ha duplicado desde el año 2002. Aún debiendo medir tal información mediante el porcentaje del PIB dedicado a sanidad, creo que eso llevaría a otro problema que se escapa a la voluntad de este artículo y del que quiero hablaros más adelante: el déficit sanitario español.

Así pues, visto el aumento de recursos destinados a sanidad veamos si la premisa económica de que se trata de un problema de asignación entre oferta y demanda se cumple.

Los datos corresponden a Cataluña y podemos observar como cada caso presenta una evolución distinta. En ambos tipos de transplante podemos ver como la distancia se mantiene relativamente constante, aumentando en la misma medida el número anual de transplantes y la lista de espera. En cualquier caso, los datos anteriores confirman nuestra hipótesis inicial: el incremento en el gasto no consigue invertir la tendencia creciente de las listas de espera que siguen aumentando en número de pacientes. En futuros artículos trataré algunas posibles soluciones a esta situación desde la perspectiva de la gestión, pues la solución económica ha demostrado ser tan solo un tratamiento paliativo al problema.